martes, 1 de febrero de 2011

Flora y Fauna

Hace unos 300 años La Contraviesa era todavía un espeso e impenetrable bosque mediterráneo en donde los alcornocales ocupaban todas las cimas, dejando paso a los encinares en las cotas medias y bajas. El agua, que corría durante todo el año por los abundantes barrancos, y el clima benigno propiciaba la existencia de frondosos valles con vegetación de ribera, en donde abundaban los castaños, nogales, servales, algarrobos, etc..

Salvándose en un primer momento de las talas masivas producidas, tras la reconquista, en Sierra Nevada y debido sobre todo a la ausencia de coníferas y a difícil accesibilidad, en el S.XVII comienza un proceso de transformación del territorio consistente en la quema sistemática de la masa arbórea para la plantación extensiva de almendros, viña e higueras. Hoy en día la vegetación autóctona ha quedado reducido los Alcornocales del Haza del Lino y Lújar, únicas masas silvícolas naturales de cierta envergadura.

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